Yo mismo
En noviembre de 2007, a punto de terminar la carrera, tuve que exponer un trabajo en clase. Solo con pensar en la exposición, sentía un hormigueo en el estómago que me bloqueaba.
Y llegó el día. Lo había preparado bien, pero el nudo en el estómago iba a más. Empezar a hablar y oírme con eco, como si otra persona hablara por mí, solo hizo que hablara más rápido. Podía haber sido peor…
Sabía que tenía que mejorar y se lo comenté a un amigo. Acababa de hacer un curso de oratoria en su despacho de abogados y me lo recomendó.
En 2008 un curso de oratoria es como ahora uno de inteligencia artificial. Había pocos…
Me apunté sin saber a lo que iba y con fe en mi amigo.
Allí conocí a Maty Tchey, quien dio un vuelco a mi vida.
Ella, con más de 20 años impartiendo formación, vio cualidades que yo desconocía de mí y me invitó a seguirla por el mundo a través de su empresa, Arqueros de la Palabra. Se convirtió en mi mentora y le estoy infinitamente agradecido por haberme enseñado una profesión y una vocación.
Sí, lo mío fue una casualidad. Ni me quedé en blanco delante de 1000 personas y fue lo peor que me ha pasado en la vida, ni quiero cambiar el mundo con mi trabajo. Siento si esto te ha decepcionado.
Con apoyarte para que logres la transformación que yo experimenté, me sobra…
Es lo que llevo haciendo desde hace más de 15 años con personas de cualquier sector. En paro, empresarios, mandos intermedios, abogados, médicos, notarios, arquitectos, ingenieros, profesores o futbolistas con Mundial y Eurocopa en su palmarés.
¿Y sabes qué?
Que me encanta.
Y que la actitud lo es todo, como en la vida.
Porque cuando el miedo al rechazo, fracaso o ridículo se apodera de ti, da igual el curriculum, la experiencia o los ceros en tu cuenta corriente.
Lo importante son las ganas que tengas de mirar a ese miedo a la cara, enfrentarte a él y hacer que se esfume o aprender a vivir con él. Y para eso, hay que ser muy valiente.
Te garantizo que con más confianza y seguridad en tu comunicación, cambiará algún aspecto de tu vida…
Y si además incorporas estructuras persuasivas y conocimiento de psicología humana en tu comunicación, serás capaz de aportar el verdadero valor de lo que haces. ¿Imaginas el resultado? Yo sí…
Y no, no soy Superman. Yo también siento ese miedo bloqueante en otras áreas de mi vida. Subirme a un palo de 5 metros en un curso de liderazgo (con arnés, no te creas que soy Spider Man) me costó 25 minutos. ¿La media para subir? 50 segundos. No me preguntéis qué negocié con el palo porque no me acuerdo.
En Isla Reunión con mi hermana y mis primos nos dio por hacer un circuito de descenso de río muy chulo que jamás olvidaré. Terminaba con una tirolina de 25 metros. 3 segundos de bajada… Pues al verla le pregunté al profesor si había alguna opción de volver río arriba y evitar la tirolina.
Te podría contar alguna experiencia más. Te la contaré por email si te suscribes a la newsletter.
Sé lo que podéis llegar a sentir, tú o alguien de tu equipo, antes de una presentación. A mí también me ha limitado el miedo en algunas áreas de mi vida y no quiero que lo haga con tu comunicación.
Cuando tienes que hablar delante de una audiencia y me ponen casco y arnés, estamos empate…
Hay otro tema que me ha quitado el sueño, me ha condicionado durante buena parte de mi vida y también lo he superado.
Demasiado personal para tenerlo aquí colgado.
Te lo cuento en el primer correo si te suscribes a la newsletter.